El emperador y los smartphones
Hans Christian Andersen publico en 1837 el cuento infantil “el nuevo traje del emperador” en el que narra como un rey fue engañado por un par de estafadores que le hicieron creer que habían fabricado un traje espectacular cuya característica principal era que no podía ser visto por ningún tonto.
En realidad los hombres no fabricaron ningún traje pero ni el rey ni ninguno de sus súbditos quiso decir que no lo veía pues no querían ser considerados tontos, al final del cuento es un niño quien se da cuenta y grita “el emperador esta desnudo” y poco a poco la multitud comienza a admitirlo.
Para el momento en que se publico, el mundo era muy diferente al actual, quienes tenían el poder podían mentir sin mayor peligro de ser descubiertos y controlar a sus súbditos y a todo un reino sin mucho esfuerzo. Hoy en día muchos de los que han adquirido poder actúan igual, siguen siendo capaces de comprar un traje invisible y de ponérselo para desfilar, además se rodean de aquellos que están dispuestos a aplaudir el traje invisible.
Hay dos cosas que deberían considerar los emperadores sin ropa: 1. Dios ha creado millares de buenos sastres y 2. Dios ha creado millares de niños tan inocentes como curiosos, con muy buena vista y voz audible (además de smartphones, claro)
